22 agosto 2012

Tablets

Lo cierto es que el primer uso de los tablets fue para reconocer la escritura. La primera patente para un “tablet” electrónico usado para escribir a mano fue otorgada en 1888 con el “Teleautógrafo”, una especie de precursor del Fax. Desde entonces comenzaron a desarrollarse distintos sistemas que permitieran usar las manos en lugar de periféricos para interactuar con sistemas de comunicación y computadoras.

En 1968, el ingeniero en computación Alan Kay diseñó algo similar a lo que hoy sería un notebook, que tendría una muy larga duración de batería y software enfocado a entregarle acceso a los medios digitales a los niños. Se llamaba “Dynabook“, y en parte fue financiado con otros fines no educativos: entregar un sistema de documentación militar portátil.

En el 2000, una de las primeras versiones de los tablet fue el ProGear, fabricado por la empresa FrontPath. Se trataba de un dispositivo con una pantalla táctil de 10.4 pulgadas y resolución de 800×600, que corría con Linux. Contaba con 64 o 128MB de RAM y 6,4 GB de almacenamiento en un disco duro – o bien 64 MB en memoria Flash. Incluía un lápiz, pesaba 1,5 kilos y costaba alrededor de USD$1.500.

Pero la fama no llegaría a este segmento hasta 2002, cuando varios fabricantes lanzaron equipos bajo el nombre de “Tablet PC“, diseñados bajo las especificaciones entregadas por Microsoft. Estos modelos corrían con Windows XP Tablet PC Edition, que permitía usar un lápiz para manejar el sistema operativo. Desde entonces, las futuras versiones de Windows incluyeron siempre soporte para lápiz. Según la definición de Microsoft, estos equipos estaban basados en x86 con soporte para reconocimiento de escritura a mano y voz, pero seguían usando prácticamente el mismo hardware de un laptop.

En 2006, Microsoft intentó renovar esto entrando con Windows en el terreno de los “Ultra-mobile PC” o UMPC, equipos más pequeños con soporte para lápiz, pantalla TFT de entre 12,7 y 17,8 cm. La mayor parte de los fabricantes lanzó algún modelo de este tipo, pero no alcanzaron a ganar popularidad debido a varios pequeños asuntos que no estaban bien resueltos. Muchos de los dispositivos eran demasiado pesados para ser sostenidos con una sola mano, aunque había software pensado para usar con los dedos, estas interfaces no estaban presentes en todo el equipo, y no había suficientes aplicaciones específicas para esta plataforma. Los programas tradicionales de escritorio no se adaptaban bien para ser usados desde pantallas más pequeñas, y con los dedos o un lápiz.

El mercado de los tablets recibió un nuevo impulso con el lanzamiento del iPad en 2010. Su principal aporte quizás fue la interfaz diseñada especialmente para usar con los dedos, y que definió al tablet como una entidad separada de los demás computadores de escritorio o portátiles.

El iPad se ha enfocado principalmente en el consumo de medios, como navegar por la web, revisar el e-mail, fotos, videos, leer libros, etc., más que en la producción o procesamiento de contenidos. Los tablets a partir de aquí se transformaron en dispositivos livianos de entre 7 y 12 pulgadas, basados en procesadores ARM (aunque Microsoft pretende cambiar esto con Windows 8 próximamente agregando x86), y que proveen una amplio rango de aplicaciones y conectividad.

La competencia a partir de aquí se desarrolló a partir de Android, un sistema originalmente diseñado para smartphones que fue la opción lógica de los fabricantes, considerando que Windows no corría sobre ARM. Motorola, Samsung, Toshiba, Asus, Amazon y otros lanzaron sus modelos con Android, mientras otros como BlackBerry crearon su propio software, y HP optó por comprar WebOS, sin lograr éxito con la adquisición.

El mercado actualmente es bastante competitivo en cuanto a tablets, y todavía no hemos llegado a un nivel de estabilización puesto que seguimos viendo cambios: se espera que a fines de año se lance Windows 8, la apuesta de Microsoft para este mercado del que se quedó fuera hace dos años.